La alopecia androgénica, la causa más común de alopecia en nuestro medio, afecta aproximadamente al 50% de los varones y a un 10% de las mujeres premenopáusicas, alcanzado cifras similares al hombre después de ésta.
Además de un problema estético, supone para algunos pacientes una causa de malestar emocional, teniendo un impacto negativo en el autoestima del individuo y en su forma de encarar las relaciones sociolaborales. Tanto es así, que el mismísimo Cayo Julio César pidió al senado romano permiso para poder llevar corona de laurel permanente con la que poder disimular la alopecia que tanto le atormentaba.
Las causas de la alopecia androgénica no son todavía bien conocidas. Aunque se han descrito varios genes implicados y la herencia parece tener un papel importante, no es ésta la única causa. Otros factores como el efecto de la testosterona (la hormona masculina, también presente en las mujeres y aumentando sus valores tras la menopausia), el síndrome metabólico y el síndrome del ovario poliquístico también se han relacionado con su aparición y desarrollo.
Aunque los pacientes con este problema suelen consultar por “caída del cabello”, no es éste el fenómeno por el que se produce la alopecia. El tallo piloso de los folículos de estos pacientes va a ir adelganzando progresivamente en un proceso conocido como miniaturización, de forma que el paciente irá experimentando uno progresivo adelgazamiento del pelo y pérdida de densidad en las zonas afectadas por la alopecia. Mientas en los hombres las zonas afectadas suelen localizarse en el área frontal y temporal (entradas) y occipital (coronilla), en las mujeres suelen ubicarse en la región parietal (área central del cuero cabelludo), respetándose la línea frontal de éste.
El diagnóstico de la alopecia androgénica puede parecer sencillo, pero debe ser realizado siempre por un dermatológo puesto que ésta entidad puede confundirse con otras enfermedades del pelo con facilidad, pudiendo errarse en cuanto a la causa, el tratamiento e incluso emplearse una terapia perjudicial para el paciente por no se indicada para el tipo de alopecia que éste padece.
Tratamiento
En cuanto al tratamiento, tenemos múltiples opciones para frenar el avance de la alopecia e incluso revertirla. Con eficacia demostrada cientificamente, encontramos tratamiento aplicados en el cuero cabelludo como el Minoxidil (que también puede tomarse en comprimidos), tratamientos orales que buscan bloquear el efecto de la testosterona en el cuero cabelludo como finasteride o dutasteride o los antiandrógenos y anovulatorios. También pueden emplearse terapias infiltradas directamente en el cuero cabelludo (mesoterapia) para fortalecer éste, cómo el plasma rico en plaquetas o dutasteride. Por último, también disponemos del trasplante capilar, el único procedimiento quirúrgico que permite recuperar la densidad capilar perdida de forma permanente.
Estos tratamientos pueden ser realizados de forma progresiva o simultánea, empezando por uno o una combinación de varios en función de las características y expectativas del paciente.
En Dermavit Salud somos expertos en enfermedades del cuero cabelludo y contamos con una unidad de tricología a cargo de los doctores Javier Domínguez y Pablo Martín para poner a disposición de nuestros pacientes todos los avances diagnósticos y terapéuticos en este campo.